Monocitos: ¿Para qué sirven y cuáles son los valores normales?

Monocitos

Los monocitos son un tipo de glóbulos blancos que están presentes en la sangre. Estos son necesarios para la prevención de infecciones y eliminar los patógenos invasivos. Son necesarios para regular o estimular la formación de los linfocitos.

Por consiguiente, su presencia en el torrente sanguíneo cumple con la misión primordial de actuar en los tejidos. De esta manera, se comportarán como macrófagos y destruirán cuerpos o sustancias extrañas como virus, hongos o bacterias.

Importancia de los monocitos en la sangre

Se necesita la presencia de monocitos en la sangre para poder mantenerse en un nivel medio. Lo que significa que dichas sustancias se generan en la medula ósea y posteriormente pasan a la sangre. Con ello, logran llegar a los tejidos y con los macrófagos podrán atacar y vencer a los enemigos del organismo.

Desde el momento que se presenta un cuadro inflamatorio o infeccioso aumentan los niveles de sangre en el cuerpo. Por ello, al elevarse este factor puede tratarse de  procesos inflamatorios, infecciones o leucemia. Cuando la elevación es muy poca, puede que sea debido a infecciones leves. No obstante, si la variación es considerable debes estar pendiente, ya que puede tratarse de algo realmente grave.

Cuando dichos valores están por debajo de lo normal puede predecir una anemia aplásica o algún tipo de leucemia como la tricoleucemia. En situaciones normales, deberían oscilar entre el 3% y 8% de todos los glóbulos blancos del torrente sanguíneo.

Monocitos

Funciones primordiales

Los monocitos suelen manifestarse en beneficio del sistema inmune y se realizan a través de dos funciones como lo son:

Fagocitosis

Se refiere a la captura y la asimilación de partículas que suelen ser nocivas y peligrosas para el organismo. Este proceso casi siempre es realizado por medio de macrófagos que se producen cuando emigran los tejidos del cuerpo.

Presentación del antígeno

Esta función es indispensable para la supervivencia y se trata de la presentación de los antígenos a los linfocitos. Por esta razón, el monocito se considera como una célula portadora de este componente. Es por ello, que cuando en determinado proceso interactúan ambas sustancias, dejan demostración de sus membranas antígenas. De esta manera, el linfocito lo renacerá y estará alerta en todo momento.

Como ya se mencionó anteriormente, el monocito se transforma en células dendríticas o macrófagos. Dichos elementos, se encuentran en las mucosas del sistema digestivo, en los epitelios de la piel y en el aparato respiratorio. Asimismo, es necesario decir que el monocito no es más que un leucocito, pero con un tamaño más grande.

Valores en la sangre

Cuando existe alguna infección, los niveles de monocito aumentan considerablemente. Como indicamos, los niveles normales van desde el 3 hasta el 8%. Por lo tanto, cuando están elevados revelan que algo no va bien. Como resultado, es posible que la persona con estos resultados esté pasando por una enfermedad. Las patologías más comunes que provocan que suban son tuberculosis, infección viral o parasitaria, inflamaciones crónicas, entre otras.

Existen momentos en donde los niveles disminuyen y se ubican por debajo de lo normal, siendo algo poco común. En este caso, puede que se refiera a que la medula ósea está afectada y los glóbulos blancos producidos no son los necesarios. En ese sentido, es probable que las personas que se ubican en esta categoría padezcan de leucemia, artritis, lupus, sida, entre otros. Para conocer los niveles precisos, se realizan cultivos de sangre, los cuales se conocen como hemograma.

Es importante determinar que si un individuo se siente débil, irritable con decaimiento o fatiga tiene que visitar un especialista. Debido a que, puede que esté padeciendo monocitosis y con el análisis adecuado podrá conocer lo que está sucediendo.

Tratamientos adecuados

Una vez determinado el diagnóstico, el médico indicará el tratamiento a seguir, dependiendo de la gravedad del caso. Casi siempre se recetan medicinas para las inflamaciones o infecciones. Generalmente, se trata de esteroides o antibióticos, que son los ideales para combatir las patologías menos graves. En los casos más fuertes como el cáncer, necesariamente se necesitan tratamientos más agresivos y potentes.

Por otra parte, también hay personas que tienen niveles altos de monocitos y que no padecen ninguna enfermedad. Esto se debe a que el organismo de ese individuo suele fabricar estas sustancias en exceso. Casi siempre estos casos son pocos comunes, pero en ciertas circunstancias pueden suscitarse.

Recomendaciones

Para mejorar los valores de monocitos en el organismo, es primordial que se sigan los siguientes consejos: 

  • Aumentar el consumo de alimentos saludables. Son importantes para aportar muchas vitaminas, minerales y nutrientes. Entre estos, podemos mencionar verduras o frutas y cereales integrales. Además, también es recomendado consumir pescados, ya que sus proteínas son excelentes para estos casos.
  • Disminuir considerablemente la ingesta de distintas grasas no saludables. Por el contrario, conviene aumentar las grasas buenas, como aceite de olivo, frutos secos, omega 3 proveniente del pescado, entre otros. Todos estos son primordiales y necesarios, para mejorar los niveles de monocitos en el organismo.
  • Respetar las horas de sueño. Sobre todo, cuando se atraviesan problemas de salud. Por ello, se deben dormir las horas adecuadas para que así su descanso sea completamente beneficioso y reparador. 
  • Realizar ejercicio:  aunque no exista mucha disponibilidad de tiempo libre, conviene emplear una hora al día para hacerlo. Para ello, se debe realizar cualquier tipo de actividad física caminar, correr, trotar, nadar, entre otros.
  • Eliminar por completo las bebidas alcohólicas y el consumo de tabaco. Además, limitar o reducir el consumo de bebidas con cafeína.

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