Linfocitos altos: ¿Qué significa y cómo se pueden bajar?

Linfocitos altos

El sistema inmunitario del cuerpo humano responde naturalmente a los ataques ejercidos por virus y bacterias. La estrategia del organismo ante cualquier amenaza es la producción  de linfocitos altos. Una respuesta totalmente normal que cede cuando los microorganismos son eliminados. El problema surge cuando los niveles de glóbulos no bajan, lo que requiere acudir al médico para descartar cualquier infección. Esta anomalía en la cantidad de linfocitos en la sangre se la llama linfocitosis.

¿Qué son los linfocitos?

Los linfocitos son un tipo de glóbulos blancos, se encargan de atacar los virus y bacterias que ingresan al organismo. Su función general es destruir los microorganismos que puedan causar infecciones. Sin embargo, dependiendo de su clasificación también cumplen tareas específicas.

Linfocitos altos

Los valores recomendados de linfocitos varían según la siguiente clasificación:

  • Hombres: entre 1000 y 4000 µl
  • Mujeres: entre 1000 y 4000 µl.
  • Niños: entre 1600 y 6000 µl.

Cuando los rangos de linfocitos superan los antes descritos se habla de tener valores altos de este tipo de glóbulos. El incremento del recuento absoluto de los niveles de linfocitos se llama linfocitosis. También se observa en los análisis donde su concentración es mayor al 40%, con respecto al resto de glóbulos blancos. Sin embargo, siempre será preferible estudiar su recuento absoluto para mayor precisión del diagnóstico.

Causas de la linfocitosis

Algunas veces, existen niveles altos cuando se está saliendo de una infección, lo cual no representa mayor riesgo. Sin embargo, la sangre suele presentar niveles altos de estos glóbulos cuando se está en presencia de alguna infección. Al ser protectores naturales del organismo por excelencia, aumenta su producción para enfrentar cualquier amenaza de agentes externos. Esta producción suele darse en la fase activa de una infección. Por lo tanto, no es motivo de preocupación a menos que los valores no desciendan.

Sus causas más comunes son:

  • Infección por virus (mononucleosis, hepatitis viral, citomegalovirus).
  • Infección por bacterias (tos ferina, brucelosis, sífilis).
  • Trastorno autoinmunitario que provoca inflamación continua.
  • Cáncer de sangre o el sistema inmunitario.

Sin embargo, en personas de tercera edad se han visto casos en los que presentan niveles elevados sin causa aparente. Cuando esto sucede sin ninguna infección que lo justifique, puede estarse en presencia de leucemia linfocítica aguda o crónica.

En los niños suele presentarse linfocitosis cuando padecen infecciones virales como: rubeola, sarampión, paperas o varicela.

Enfermedades que causan linfocitosis

  • Mononucleosis.
  • Citomegalovirus.
  • Tos ferina.
  • Hepatitis viral.
  • Brucelosis.
  • Paperas.
  • Diabetes.
  • Obesidad.
  • Alergias.
  • Varicela.
  • Sarampión.
  • Rubéola.
  • Sífilis.
  • Toxoplasmosis.
  • Tuberculosis.
  • Herpes.
  • Leucemia linfocítica aguda o crónica.
  • Linfocitosis aguda infecciosa (Síndrome de Carl Smith).
  • Enfermedades de cadenas pesadas.
  • Tirotoxicosis (Enfermedad de Graves Basedow).
  • Enfermedad por arañazo de gato.
  • Hipertiroidismo.
  • Cirrosis hepática.
  • Hígado graso.
  • Cáncer de hígado.
  • Quistes.
  • Enfermedades del páncreas.
  • VIH / Sida.
  • Hipotiroidismo.
  • Linfoma.
  • Anemia perniciosa.
  • Intoxicación por benceno y materiales pesados.

Otros factores que pueden causar linfocitosis

  • Tabaco.
  • Medicamentos
  • Antiasmáticos.
  • Antibióticos.
  • Antiepilépticos.
  • Antifúngicos.
  • Antituberculosos.
  • Catecolaminas.
  • Uricosúricos.

Síntomas

Tener los niveles altos no implica presentar síntomas necesariamente.  Aquellos que pueden aparecer son los concernientes a la infección que produce la linfocitosis. Como por ejemplo:

  • Hipotermia.
  • Rigidez muscular.
  • Inflamación de tejidos.
  • Náuseas.
  • Vómito.
  • Agotamiento.
  • Fiebre.
  • Sangrado anormal.
  • Moqueo.
  • Problemas respiratorios.
  • Escalofríos.
  • Baja concentración.
  • Menor capacidad visual y auditiva.
  • Pérdida de peso.

Tratamientos

De forma natural, los linfocitos ceden cuando termina un proceso de infección en el organismo. Sin embargo, hay ocasiones en las que ese no es el caso, y es necesario actuar para controlarlos. El nivel puede estabilizarse a través de varios métodos:

La medida principal para disminuir la cantidad de linfocitos en la sangre es solventar la infección que ataca al organismo. Lo mismo sucede en el caso de alergias. Es a causa de estas, que se genera la producción excesiva de linfocitos. Para ello, es necesario acudir al médico para seguir las indicaciones adecuadas.

  • La alimentación es primordial para la buena salud. Se recomienda una dieta rica en minerales, vegetales, hierro y vitamina C.
  • Dejar de fumar es una medida que ayuda a estabilizar este tipo de glóbulos altos.
  • La hidratación del cuerpo juega un papel preponderante en la eliminación de toxinas del organismo. Así también sucede con las infecciones y mantener estables los linfocitos.
  • Los ejercicios diarios benefician el fortalecimiento y la depuración del organismo. Aunque genera linfocitos, también ayuda a erradicar los virus que generan su producción excesiva.
  • Otros tratamientos naturales pueden ser los ejercicios de relajación y meditación para tratar las causas provenientes de la psiquis. Además, se puede incluir la terapia expresiva, de regulación del estrés y gestión de problemas.

Dependiendo del diagnóstico emitido por el especialista podrían recetarse los siguientes medicamentos:

  • Inmunosupresores como el metotrexato o los esteroides (como los glucocorticoides).
  • Radioterapia y quimioterapia.
  • Epinefrina.

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