Neutrófilos altos: cómo detectar los síntomas

Neutrófilos altos

Los neutrófilos altos, también llamados polimorfonucleares, pueden representar el indicio de una infección bacteriana. Se trata de leucocitos cuya función primordial es la fagocitosis de bacterias, así como hongos. Además,  son abundantes en la sangre humana, con respecto a otros tipos de leucocitos. Es decir, representa entre un 60 al 70% de estos.

Gracias a la cantidad de enzimas contenidas en sus gránulos finos de coloración púrpura y la fagoticina, estos pueden contrarrestar gérmenes extraños. Igualmente, por su consistencia gelatinosa y gran movilidad, logran atravesar los vasos sanguíneos con facilidad.

Durante el comienzo de una inflamación, los polimorfonucleares se desplazan del torrente sanguíneo hasta la zona afectada. Esto sucede al tratarse de una infección bacteriana.

¿Por qué razón se observan los neutrófilos altos?

Los neutrófilos transitan por el sistema inmunológico cuando se produce una infección. Por tanto, es normal que se multipliquen y por consiguiente aumenten sus niveles. De lo contrario, los neutrófilos no se desplazarían, puesto que normalmente se encuentran en la médula ósea. Si una persona está sana, al no combatir bacterias, los polimorfonucleares simplemente son segregados.

Otras causas de la elevación son la presentación de quemaduras, fracturas, inflamaciones o un tejido del cuerpo herido. De hecho, incluso realizar una actividad física hasta el límite logra alterar las cifras normales de los neutrófilos.

El estado de embarazo, igualmente puede ser un detonante para un incremento de los polimorfonucleares. Hecho que se origina a partir de los cambios sufridos por el desarrollo del feto. Así que se puede apreciar que esto, por ejemplo, no quiere decir que la persona se encuentra en un estado de salud crítico.

Sin embargo, existen casos particulares en los que la salud del individuo sí está comprometida ante una patología. Pero los neutrófilos no son propiamente el principal indicador del cuadro clínico.

Sintomatología asociada

Cuando se aprecia un incremento, a ciencia cierta no se presenta una sintomatología única para esta alteración. Pese a ello, se evidencian indicadores asociados a la enfermedad o condición que la cause.

  • Infecciones bacterianas, pues el organismo automáticamente aumenta sus glóbulos blancos para combatir las mismas.
  • Estímulos de tipo fisiológicos como lo son el estrés, las quemaduras, los traumatismos y la actividad física.
  • Fiebre reumática debido a la infección.
  • Disnea, que por ser un tipo de infección respiratoria presenta índices altos en comparación al conteo usual de los neutrófilos.

Al mismo tiempo, con referencia a las infecciones, reflejan tres niveles proporcionarles a su grado de intensidad. En este sentido, se pueden apreciar de la siguiente forma:

  • Niveles ligeramente elevados: suelen ser por estrés, resultados de intervenciones quirúrgicas o quemaduras.
  • Moderadamente elevados: corresponden a infecciones más fuertes que llegan a tener la presencia de pus. Aunado a ello, también es posible que suceda esta alteración en casos tales como fiebre reumática, peritonitis y pancreatitis.
  • Niveles excesivamente altos: son producto de patologías como la leucemia, neumonía, daños a los tejidos o shock hemorrágico. En este punto es sumamente importante el control médico rápido y constante.

Enfermedades relacionadas con los neutrófilos elevados

La función de los neutrófilos es imperativa para el sistema inmunológico. Como ya se ha expresado, la detección de niveles altos es la respuesta lógica del sistema inmunológico protegiendo el organismo humano.

Ahora bien, en distintos tipos de enfermedades se observan niveles bastante altos. Algunos son:

  • Meningitis bacteriana.
  • Leucemia neutrofílica crónica.
  • Leucemia mieloide crónica.
  • Anemia hemolítica.
  • Linfoma no Hodgkin.
  • Lupus eritematoso sistémico.
  • Artritis reumatoide.
  • Síndrome de Sweet.
  • Neumonía.

Enfermedades o trastornos autoinmunes, metabólicos e inflamatorios se mantienen ligados a la neutrofilia. Por ejemplo, el síndrome de Sweet se basa en patologías dermatológicas que son caracterizadas por placas sensibles con infiltrado neutrofílico. Junto a ello fiebre y leucocitosis con neutrofilia.

Por otro lado, la artritis reumatoide y el lupus eritematoso sistémico reflejan aumento de neutrófilos, cuyas funciones son alteradas. En consecuencia, su actividad normal de proteger el organismo se ve comprometida y, por lo mismo, los glóbulos blancos pueden atacar células y órganos vitales en su intento de reconocimiento de amenazas.

Recomendaciones básicas y tratamiento

Si bien ciertos casos de neutrofilia se deben a patologías más complejas y requieren de atención médica especializada, se pueden dictar recomendaciones generales:

  • Disminuir el consumo de cigarrillo.
  • Reducir el estrés.
  • Descansar lo necesario para que el organismo pueda regular su actividad.
  • Mantener atención especial en cuanto a medicamentos que propician el incremento. Estos pueden ser los glucocorticoides, catecolaminas, beta-agonistas, entre otros.
  • No extralimitar el cuerpo ante la actividad física.
  • Administración de antibióticos.
  • Ingestión de antiinflamatorios.

Estos últimos dependerán claramente del diagnóstico de los profesionales de la salud. Lo más común para conocer el estado es la realización de un examen de rutina de la sangre.

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